SUEÑO

De Juan José Romero M-E.
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SUEÑO

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Con la arcilla entre mis dedos,

sueño, suspiro, anhelo.

Sueño con el sol sobre la mar, y el pincel,

para crearte después...

Sueño con el crujir de mis dedos

al darle vida al cincel...

Sueño con el agua que acaricia mi rostro,

y me estremezco, y gimo, y sollozo...

Sueño con la hierba bajo mis pies,

y me desnudo de mi niñez...

Sueño con los destellos de tu luz

que ciegan mis ojos,

y los apago, tembloroso,

para en sueños moldear

mi verdadera verdad...

Déjame esculpirla después

con los besos que te dé,

y unidas tu piel y mi piel

te acariciaré, fervoroso,

y un suspiro escapará,

lento y silencioso.

Y te volveré a crear.

Y te volveré a amar.

Y se fundirá nuestro amor

en un ascua de gozos,
para de nuevo volverte a soñar....

Juan José Romero M-E.

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SONETO A UN PAYASO

De Juan José Romero M-E.
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SONETO A UN PAYASO.
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Con peluca de rizos colorada
y chaqueta de gran botonadura,
amor y pinceladas de ternura,
alegra a la inocente muchachada.

De colorines pinta su fachada,
engrandece la boca sin mesura
y tapa con su risa la amargura
de una vida marchita y desgarrada.

Se funden con su larga camisola,
la pirueta, la chanza y la chacota,
a pesar de que luego llore a solas.

Nadie sabe que tras su narizota,
tras su magia y su pelo de escarola,
esconde el gran dolor de un alma rota!...
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Juan José Romero M-E.

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SIMBAD EL MARINO (Cuento)

Juan José Romero M-E.

SIMBAD EL MARINO

(Cuento)

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Aunque heredé una fortuna,
no utilicé mi cabeza,
y sumido en la pobreza
quedé sin hacienda alguna.
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Debí embarcar con premura,
para buscar la riqueza
cometiendo la torpeza
de arriesgar en mi aventura.
-
Tras la lucha despiadada

con una enorme ballena

mi pierna quedó hecha pena,

rota, negra y desgarrada.

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Navegué por esos mares
que iluminan las estrellas
y llegué a una isla tan bella
que hizo olvidar mis pesares.
-
En una cueva pude entrar,

de diamantes toda llena,

cogiéndolos por docenas

sin ser capaz de frenar.

-
Un ave como una mula,

de alas grandes como velas,

me cogió por la entretela

queriendo saciar su gula.
-

Sin delicadeza alguna,

casi menos que mi suegra,

me lanzó contra una negra

y dura peña montuna.

-
Pude llegar por ventura,

después de mucho penar,

a un barco para trepar

por su escala con soltura.

-
Navegué una singladura
yendo a una isla a parar,
donde me hicieron casar
con la hija del Rey Abdula.
-
Era muy joven y bella,
mas murió con prontitud
y querían que en el ataúd
fuera el marido con ella.
-
Con mucha suerte o fortuna,
sin que el Rey se diera cuenta,
me escapé por una puerta
sin vigilancia ninguna.
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Tras cruzar una llanura,
conseguí llegar al mar
para de nuevo embarcar
a ésta mi triste figura.
-

Alegre y con gran premura
al fin conseguí arribar
a mi casa a descansar

tras esta vida tan dura.
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Con diamantes la amargura
mejor se puede llevar
y me niego ya a embarcar
ni correr más aventuras.

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Juan José Romero M-E.

ROMANCE A UNA GATA

De Juan José Romero M-E.
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ROMANCE A UNA GATA
(Madrileña de Madrid)

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Camina con la elegancia

del riachuelo cuando baja

por mitad de la alameda

escondiéndose entre matas.

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Jovial, sencilla y graciosa,

dulce canción su palabra,

de cariño el pecho lleno,

de pasión y fuego el alma.
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Sus manos breves y suaves,

viva, castiza y chulapa,

su tez de nácar y seda

y luz de luna que abrasa.

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Sus ojos son dos estrellas

y destellos su mirada,

cuando me miran me ciegan

y al no me mirarme me matan.

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Su ardiente boca es un cráter

que al rojo vierte su lava,

si se posa ¡ay! en mis labios,

en fuego convierte mi alma.

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Yo quisiera que este fuego,

nunca, jamás se apagara…

¡Mis labios por siempre unidos

a los labios de mi amada!... .

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Juan José Romero M-E.

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EL BARCO DE PLATA

Juan Jose Romero M-E.

HOY DIA DE LOS SANTOS Y FIELES DIFUNTOS

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EL BARCO DE PLATA

(A mi madre al cumplir los 100 años)

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Navega el barco de plata

sobre las olas del tiempo,

embravecidas a veces,

otras, el mar en silencio.

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De amor tus velas henchidas,

amor fuerte como el viento,

navega el barco,... navega…

sobre las olas del tiempo

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Tu corazón es mesana,

tu familia el firmamento;

estrellas que te iluminan

en tu viajar a lo Eterno.

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Algunas fueron fugaces

y se marcharon al Cielo,

de allí, su bellos fulgores

han plateado tus cabellos.

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Navega el barco de plata

sobre las olas del tiempo,

navega…barco…navega…

tu fe te lleva a buen Puerto.
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EL BARCO DE PLATA (2ª Parte)

(En el dolor por la muerte de mi madre)

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Después de largo navegar

hoy llegaste a tu destino

y has dejado estelas blancas

que me marcan el camino.

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Estelas de plata y cristal

sobre un mar embravecido,

espléndidas, luminosas

y de brillos infinitos.

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Que sepa seguir tu rastro,

a Dios con fervor le pido

y la fe que tú me diste,

por siempre viaje conmigo.
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Juan José Romero M-E.

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